Sí, Ma, de eso voy a vivir

Sí, Ma, de eso voy a vivir

Corrían los últimos años del milenio pasado y los primeros del nuevo milenio. Mis papás habían contratado televisión por cable en la casa. Era una novedad. Canales sin pausas comerciales, películas todo el día, pero sobre todo, deportes todo el tiempo.

Eran los mejores años del Boca Juniors de Carlos Bianchi y de Juan Román Riquelme. Mi papá era fanático de Boca. Se había enamorado, porque era seguidor de Eva Perón y en las revistas que le llegaban desde Argentina, leía sobre Boca y Doña Eva. Desde Tulcán, se hizo suscriptor de El Gráfico. Un apasionado. La vida permitió que vayamos juntos a la Bombonera, pero de eso hablaremos otro día.

El año 2.000 nos pasamos colgados del televisor. Vimos el título de Boca en la Libertadores y obviamente madrugamos a ver la final de la Copa Intercontinental ante el Real Madrid.

Todos los días había algo que ver. Los Juegos Olímpicos de Sídney, el Tour de Francia, el Giro. Los domingos eran para el campeonato nacional. Almorzábamos frente a esa vieja Sony Trinitron, que aguantaba todo. Tenía hasta juegos.

Uno de esos domingos, viendo al Boca de Riquelme, mi mamá entra a mi cuarto. Yo estaba en el filo de la cama y era evidente que su intención no era venir a charlar sobre el resultado del partido. Fue directa.

-¡Santiago, a estudiar!

-Ya, Ma. Solo se acaba el partido (mentira, después había que ver el resumen de la fecha).

-¿Vos crees que vas a vivir de eso?

No tuve respuesta.

Los años pasaron. Poco después, me tocó elegir una profesión. No sabía para donde agarrar. Pero mi mamá me ayudó a elegir bien y gracias a Dios y a mis papás, escogí una carrera que me ha hecho feliz.

Llevo casi 18 años dedicado al periodismo y este año cumplí, el que considero, un sueño familiar. Primicias quiso que vaya a cubrir el Mundial de Qatar. Y fue mucho más de lo que me esperaba.

Yo casi había perdido la esperanza de ir a trabajar en un Mundial. Pero mi papá sabía decir: «Tenemos que ir a un Mundial, compañero«. Él hablaba en plural, porque mis sueños eran los suyos.

Fui a parar al otro lado del mundo. Conocí una cultura maravillosa. Aprendí de los árabes. Asistí a ¡16 partidos! Vi a Ecuador ganar en el debut. Vi cuatro partidos de Messi. Vi a Neymar, Cristiano, Suárez, Mbappé. Nunca en la vida imaginé esa locura. Me puse la meta de trabajar como loco y disfrutar. Lo hice. Espero haber cumplido.

Fue un Mundial hermoso, porque pude compartir con amigos a los que quiero un montón. Y porque conocí a personas increíbles. Siempre he dicho que la vida ha sido muy generosa conmigo, por eso agradezco todos los días por tantas bendiciones.

Y hoy, después de muchos años, puedo responderle a mi mamá: Sí, Ma, de estoy voy a vivir. Y soy muy feliz.

Espero que, donde quiera que esté, mi papá se sienta orgulloso. Gracias Ma, Pa, Rafa y Chiqui, por permitirme entregarle a esta profesión, toda la pasión que se merece. Les amo.

10 años de mi debut como profesional

Antes de ingresar a trabajar como pasante en el Diario Últimas Noticias había tenido algunas otras experiencias pequeñas. Con un par de amigos hicimos una investigación para una revista donde no nos pagaron mal; después entré a Teleamazonas para hacer un minuteo de televisión, un trabajo aburrido pero por el que también me pagaron un dinero interesante; y por último estuve en la Radio Sensación 800 haciendo de todo, desde locutor, operador y hasta me hacían llamar a los anunciantes para que crean que sí se escuchaban las cuñas en la radio.

En esta última emisora me empecé a involucrar en el mundo del deporte. El grupo con el que trabajaba transmitía partidos del campeonato nacional y me incluyeron en su nómina. No me pagaban ni un centavo, es más, yo tenía que poner para pagar las cabinas de los estadios, pero fue una buena experiencia. Por ejemplo, transmití un Liga-Barcelona en Casa Blanca, donde el Ídolo se comió cuatro goles.

Después vino la gran oportunidad. Carlos Aulestia, profesor en la Universidad Católica nos dice en clase: «a los que les interese, hay la chance de hacer una pasantía en Últimas Noticias cubriendo ligas barriales, deben mandar su hoja de vida a este correo…». Ese rato, sin exagerar, ese rato salí de clase y fui al centro de cómputo a enviar mi nula hoja de vida. Una semana después me llamaron de Grupo El Comercio.

Después de varias llamadas, entrevistas y algunos días de espera, Leonel Bejarano tomó la decisión de ficharme. La historia de mi ingreso ya le he contado y la pueden leer en este mismo blog. Recuerdo claramente que Leonel me presentó con Alejandro Ribadeneira y Esteban Ávila. Horas más tarde llegó Freddy Álava. Ese era el equipo de deportes del vespertino. Meses más tarde se incorporó David Lucero. Hasta ahora no he visto un grupo tan brillante y eficiente como ese.

Oficialmente mi ingreso a Últimas fue el 9 de mayo del 2005, dos días después de la muerte de Otilino Tenorio. Desde ese entonces han pasado 10 años del que considero mi debut como profesional. Lo que había hecho antes fue interesante, pero trabajar directamente en un periódico fue una experiencia increíble. Además, en mi caso particular encontré un grupo de trabajo excepcional, esa redacción de Últimas Noticias era insuperable.

De ahí en adelante han pasado un montón de cosas, buenas y malas, pero el gran balance es positivo. Puedo decir que en estos 10 años he sido feliz, he conocido gente muy valiosa y he aprendido muchísimo de la vida y de periodismo. He escrito y hecho de todo. Pasé por Vida Sana, Mi Casa, Rock y Metal, Ocio y Fiesta, he escrito para El Comercio, Familia, he hecho videos, tengo mi programa en Radio Quito (desde el 2009), he viajado dentro y fuera del país y hoy en día estoy en Bendito Fútbol. Repito, he sido feliz.

Tuve la suerte de debutar en las grandes ligas apenas llegué. Esa misma semana, el Alejandro Ribadeneira me mandó a cubrir el partido Aucas – El Nacional. Yo no tenía ni credencial de la Federación y apenas conocía el estadio. Me dieron cinco dólares para la entrada y me fui a Chillogallo. La nota no me salió mal y casi no tuvo correcciones.

Otilino Tenorio

Esta fue la primera nota que escribí en mi vida. La redacción no fue del todo mala. Hasta hablo del «nuevo crack ecuatoriano, Antonio Valencia».

Después vino la primera nota en ligas barriales. Aquella cobertura la hice junto a dos grandes amigos, Eduardo Terán y Julio César Díaz. Era la inauguración de la Liga San Isidro del Inca a la que llegamos atrasados. A esta página en cambio el Freddy Álava le hizo un montón de correcciones.

Liga San Isidro del Inca

La primera página que escribí. Me demoré el triple de tiempo buscando las tablas de posiciones de los equipos, que en escribir la nota.

Y pocos días después, sin imaginarlo, deciden acreditarme para el partido Ecuador-Argentina por eliminatorias y como no había espacio en el palco me mandaron ¡a cancha! Yo no llevaba ni un mes en el periódico y ya vi un partido de la Selección ¡en la cancha! Repito, ¡en la cancha! Estuve a metros de algunos de los que consideraba mis ídolos: Carlos Tévez, Pablo Aimar, Agustín Delgado, Ulises de la Cruz y más. Y no solo eso, sino que tuve la suerte de sacarle una foto a Luis Fernando Suárez que se publicó en el periódico. Esta fue la página.

Luis Fernando Suárez

Nótese el crédito de la foto. Yo no llevaba ni un mes en el periódico y ya se publicaba mi nombre. Eran esas cosas que se permitía en Últimas, que un pasante pueda publicar algo. La calidad se imponía más allá de cualquier forma.

Y esa es la historia. 10 años después sigo trabajando en Grupo El Comercio y sigo siendo feliz. Creo que lo mejor de todo este tiempo es que nunca he sentido la carga de «tener que trabajar». Más bien, siempre he disfrutado lo que hago y le doy gracias a Dios por eso.

19 de diciembre de 1971

Ezequiel Fernández Moores publicó una conmovedora columna en Cancha Llena titulada ‘Fútbol en Palestina’. Habla sobre la muerte de un niño mientras jugaba fútbol en Palestina. Un texto de esos que Juan Antonio Giner llama periodismo caviar.

Después de leer la columna de Fernández, seguí hurgando su archivo y encontré otra columna del mismo periodista llamada: ‘Parrilla Fontanarrosa’. Ahí se habla de Roberto Fontanarrosa, tremendo escritor argentino, autor del cuento ’19 de diciembre de 1971′.

Este cuento es de lectura obligatoria para los amantes del fútbol. El Negro relata la historia de un grupo de hinchas de Rosario Central, que secuestran a otro hincha para llevarlo al estadio Monumental de River Plate para ver una semifinal contra Newell’s. El viejo Casale era la cábala para ganar el partido, pero no podía ir porque estaba enfermo del corazón.

La historia es fantástica. Para que se eviten la fatiga de leer, les dejo el cuento relatado por el periodista Alejandro Apo. Es simplemente genial, no dejen de escucharlo.

A alguien se le cayó un gran negocio

Les dejo mi columna publica el lunes (16/07/2012) en Últimas Noticias, donde hablo de la ordenanza aprobada por el Municipio de Quito. Espero sus comentarios.

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‘A alguien se le cayó un gran negocio’

En cada partido que la Selección Ecuatoriana de Fútbol juega en el estadio Olímpico Atahualpa, la FEF publica en el marcador electrónico el boletaje vendido y la recaudación obtenida. Habitualmente, el promedio de personas que ingresa al estadio, según ese reporte, suele ser 38 mil. Sin embargo, para los que frecuentemente asistimos a los encuentros de eliminatorias es fácil darnos cuenta que eso es falso.

Si en verdad asistieran 38 mil, los pasillos quedarían libres, la cancha no estaría repleta de gente, no tendrían que habilitar la tribuna debajo del marcador electrónico, no habría que llegar con seis o siete horas de anticipación.

Con la ordenanza que aprobó el Municipio de Quito, el problema para la Ecuafútbol recién empieza. Los dueños de nuestro fútbol ahora deberán tomarse las cosas en serio y organizar eventos de primer nivel.

Esa amenaza de llevar a la Tri a Guayaquil raya en lo ridículo. Parece patadas de ahogado. Queda la sensación que a alguien se le está cayendo un gran negocio y muy poco puede hacer para evitarlo.

Lo más urgente por solucionar ahora son los dos próximos partidos de Ecuador como local (frente a Bolivia y Chile). La cuestión es que gran parte de la taquilla ya está vendida, sin numeración como exige la nueva ordenanza. ¿Qué va a hacer la FEF? Pago por ver.

Nov 5: Liga va a ganar algo este año

El jueves 3/11/11 Liga jugó ante Libertad de Paraguay un gran partido, ese día me quedó la sensación de que este equipo iba a ganar algo este año. Bueno, aún no asegura nada, pero les dejo mi columna publicada el sábado 5/11 en Últimas Noticias, donde aseguraba que Liga iba a conseguir algún título esta temporada.

Liga de Quito va a ganar algo este año

sguerrero@elcomercio.com

Twitter: @sasty7

Liga Deportiva Universitaria de Quito cada vez juega mejor. El partido del jueves ante Libertad fue uno de los mejores del año, con una prolijidad casi perfecta en el manejo de la pelota, pero también con sacrificio.No extraña que Diego Calderón o Fernando Hidalgo se tiren al suelo a pelear una pelota, pero sí es una muestra del compromiso del equipo blanco que Ezequiel González vaya al césped a luchar con los rivales por un balón.

El director técnico Edgardo Bauza está encontrando una gran armonía en este equipo y que haya ganado apenas 1-0 ante Libertad no es un problema. La U ya sabe cómo es eso de fajarse afuera del país en busca de una clasificación.

Si Liga de Quito mantiene el mismo nivel mostrado el jueves pasado en Casa Blanca, seguro llegará conseguirá algo importante. En el torneo local no está del todo lejos la posibilidad de disputar la final de la temporada ante Emelec y en la Copa Sudamericana solo tiene que empatar y se pondrá en las semifinales de la competencia.

Todo es probable para los dirigidos por el Patón, por algo está en el puesto 15 del ranking mundial de clubes publicado esta semana. Eso no es poca cosa.

Dos años para el que le disparó al ‘Chucho’

Esta es la nota donde se cuenta la sentencia de dos años que le dieron al que le disparó al ‘Chucho’ Bolaños. La escribió mi amiga Evelyn Jácome y fue publicada en la edición del 22/11/2011 de Últimas Noticias. Les adjunto una foto de la portada del Diario.  

El que disparó al ‘Chucho’ va a cana

«Yo lo reconocí. Lo vi cuando estaba apuntando a Bolaños en la cabeza. Cuando fui a la PJ, ni siquiera sabía que lo habían detenido pero me mostraron a 10 hombres y enseguida lo identifiqué. Cuando estábamos en el Quicentro, dos sujetos, corpulentos, altos, de acento colombiano, nos dijeron que nos bajemos del carro. Uno vestía una chompa ploma y nos pedía que le entreguemos el dinero. Luego agaché la cabeza y escuché los disparos”. Ese fue el testimonio que incriminó a Eliseo Melo, de 28 años, quien el 25 de febrero del 2011 intentó asaltar a Luis Bolaños y a Éder Manteca en el parqueadero del Quicentro Shopping, y que, tras no conseguir el dinero, les dio varios disparos y huyó.

Durante la audiencia de juzgamiento, Bolaños aseguró que no pudo ver bien al asaltante, pero que Éder, su amigo, sí lo hizo. Dijo que ese día había ido a entrenarse en forma normal a Pomasqui y que a eso de las 12:00 con su amigo Éder fue al Banco de Guayaquil por El Inca donde retiró USD 5 000, dinero que tenía que entregarlo a su esposa Estefani Tejada en el Quicentro a las 12:50.

Al llegar al centro comercial, mientras buscaba un parqueadero bajó las ventas para dar un autógrafo a un amigo que por casualidad encontró. Luego de despedirse de él, vio que otra persona se acercó y le apuntó en la cabeza con un arma de fuego. “Si me regresas a ver, te meto un tiro”, contó que le dijeron mientras le pedían que entregara sus joyas. Bolaños aseguró que había mucha gente y que los carros comenzaron a pitar. Entonces el agresor al parecer, se asustó. Bolaños agachó la cabeza y solo sintió los disparos.

En total recibió tres tiros que le ocasionaron una incapacidad de hasta 30 días, según el examen médico legal. Luego de la agresión, el Mazda color gris que Bolaños conducía terminó impactándose en uno de los locales de venta de comida del lugar. Entonces llegaron los policías y la persecución empezó.

La captura

Dicen los agentes que testificaron en la audiencia que todas las patrullas que estaban en la zona recibieron la disposición por radio para que buscaran a dos motos, una gris y otra roja, con dos ocupantes cada una, que acababan de atentar contra la vida de dos personas. Además, describieron a los sospechosos.

Uno de los uniformados aseguró que al encontrarse en las calles El Telégrafo y El Tiempo, vio a un hombre que corría y al percatarse de la presencia de la Policía, no pudo ocultar su nerviosismo.Cuando lo abordaron, el sujeto resultó ser colombiano y cargaba una mochila negra con plomo, en cuyo interior tenía una chompa ploma, un poncho de aguas azul marino, una bufanda ploma y dos sobres de manila.

«Yo no fui»

El hombre nacido en Bogotá dijo al Tribunal que es estilista y vive en Carcelén. Sostuvo que ese día salió a las 07:30 de su casa y fue a la peluquería en la que trabajaba en la 6 de Diciembre. Dijo que a la 13:30 salió a almorzar y le pidió permiso a su jefe para ir a buscar un local porque quería ponerse un puesto de arepas.

Aseguró que cuando estaba en la av. Naciones Unidad un policía lo detuvo. “Es cierto que tenía un poncho impermeable, pero no sabía que aquí eso era frecuente en las personas que viajan en moto. Soy inocente”, repitió.

A pesar de que no encontraron rastros de haber disparado un arma en la piel de Eliseo, el Tribunal encontró su testimonio débil e incoherente y lo sentenció a pasar dos años en prisión. Eliseo no apeló y el 1 de este mes, la sentencia fue ejecutoriada.